El frío de la noche del sábado y las pocas gotas que cayeron apenas empezó el espectáculo, no lograron desanimar al público que se hizo presente.

Los aplausos y los silvidos del público no se hicieron esperar después de que pasaron 15 minutos de las 22, hora prevista para la iniciación del espectáculo que, finalmente, arrancó a las 22:30 en el predio del Mercado Cooperativo de Guaymallén.

“Guaymallén, que esta mágica vendimia que estamos viviendo ilumine para siempre todos tus caminos”, fue el anuncio del comienzo de la celebración, de boca de Mariana Femenía, cuando se apagaron las luces y la fiesta comenzó.

Las luces, el humo, los efectos sonoros de los animales, se conjugaron en forma armónica para simular el terremoto de 1861: “la furia de la tierra cayó sobre el alma de Mendoza.

“Esta fiesta se diferencia de otras porque comenzamos con la destrucción, no como algo negativo o siniestro sino para poner de manifiesto nuestra estirpe, que siempre está de pie ante la adversidad”, explicó la directora de cultura de la Municipalidad, Sara Rosales.
A partir de esta especie de génesis, en la que, por supuesto, fueron los vendimiadores los que hicieron resucitar al pueblo y a la tierra, el espectáculo continuó con un recorrido por los hechos más significativos de este siglo para concluir con un proyecto de futuro.

Así, durante una hora y cuarto las 25.000 personas que presenciaron la “Vendimia para el nuevo siglo”, acompañaron entusiasmadas cada una de las manifestaciones en el escenario.

La puesta en escena no logró escapar a la estructura típica de una fiesta vendimial. Sin embargo, la idea de plasmar distintos hitos históricos fue el condimento ideal para no caer en el folklore absoluto ni en el cuadro eterno de los vendimiadores trabajando y bailando.
De este modo, pudo verse una murga, con acróbatas incluidos, bailando al compás de una especie de marcha para simbolizar la fundación de Villa Nueva.

La aristocracia que bailaba el vals, el advenimiento de los años de la Primera Guerra junto con el progreso. “El día que me quieras” por Gardel fue la introducción para una presentación típica del arrabal y de sus personajes. Los años locos, el esplendor de esa época simbolizada con fuegos artificiales. Y la llegada del tren como el punto más alto del progreso que le permitió a Guaymallén exportar sus productos.

El público participó con palmas y acompañando las canciones todo el tiempo pero “La Refalosa”, “Cochero de plaza” y “Carnaval de la vida” fueron los temas que todo el mundo cantó.

Pero la nota original de la noche estuvo en la aparición de la Virgen de la Carrodilla ya que se elevó de atrás del escenario no una imagen sino una persona que recitaba un parlamento.

El broche del espectáculo empezó aquí ya que se simuló una peregrinación de antorchas y, mientras los artistas adoraban a la Virgen, el público se puso de pie y aplaudió satisfecho.

Marilina apenas empezó la votación se perfilaba como la nueva soberana, los que gritaban por ella no dejaron de animarla y aplaudirla hasta el final.

En medio de la ovación de la gente, la nueva soberana  recibió la corona y el cetro por parte de la última reina del milenio, Mariana Femenía.

La gran ventaja que obtuvo la representante de la zona de la Media Luna no fue acorde con el resto de los votos, repartidos en forma bastante pareja entre las otras 18 competidoras.

La Fiesta que terminó con el aplauso de la gente y mientras escuchaban el  Aleluya y el Himno a la Alegría.